Mujeres en cargos de decisión

Las elecciones del último mes dejaron en evidencia que SI hay mujeres para instalarse en cargos de representación popular demostrando con claridad que tenemos las habilidades, competencias y conocimientos para incorporar las demandas de la  ciudadanía desde una conciencia y perspectiva de género  y el valor del feminismo  que reconoce  la desigualdad y la discriminación estructural en que se encuentran las mujeres por razones de género, recogiendo la agenda y el debate del movimiento y buscando la erradicación de todas las formas de violencia. El efecto de la paridad en la Convención Constitucional y el aumento significativo de mujeres en alcaldías y concejos municipales convirtieron los comicios recién pasados en un hito para el avance de la equidad de género.

Pasar de un Estado subsidiario a un Estado solidario que amplia su rol social y económico reforzado con los principios de inclusión y justicia, reconociendo el valor de las relaciones de interdependencia social que hacen posible una buena calidad de vida, y estableciendo el mandato de garantizar el bienestar, dignidad y derechos de todas las personas y las comunidades es un tema clave que las mujeres electas como  diputadas , Senadoras y Consejeras regionales deberán plasmar en sus cargos trabajando conjuntamente, desde una mirada inclusiva y diversa, a instalar la igualdad sustantiva, estableciendo el mandato al Estado de remover las barreras que impidan o dificulten el desarrollo individual y colectivo de grupos históricamente postergados como las PeSD, los pueblos indígenas, las personas migrantes , las diversidades y disidencias sexuales  y las mujeres en su interseccionalidad.

Considerar elderecho a la salud, física, sexual, mental y  reproductiva, vivienda digna , al trabajo decente y salario justo, a la protección social cuando existe el cuidado de terceros y personas dependientes, a la educación no sexista, integradora y de calidad, el derecho a la seguridad social equitativa, a la  participación efectiva  en los diferentes espacios de toma de decisión y en la política, a una ciudad justa y sostenible , a una vida libre de violencia  para avanzar en el logro de la igualdad entre hombres y mujeres acortando brechas e inequidades, resulta esencial para un país más justo, equitativo e igualitario.

En este nuevo escenario político , el  liderazgo femenino demostrado a través de  más participación, más escucha, más trabajo en equipo, cercanía, honestidad y empatía reafirman y reconocen el valor, la estrategia e inteligencia de todas aquellas mujeres que  trabajaron incansablemente para llegar a  desempeñarse  hoy en posiciones relevantes sobretodo en tiempos  tan complejos donde el desánimo prevalece, las desigualdades aumentan y la feminización de la pobreza se visibiliza con más fuerza.

La participación ,el  liderazgo y la amplitud de las  perspectivas femeninas evidencian que no hay políticas neutrales al género y que la mirada y las necesidades e intereses específicos de la mitad de la población deben tener voz propia para dar respuesta a  todas las derivadas que esta pandemia ha instalado y que nos acompañarán  por un largo tiempo con  sus consecuencias sociales y  económicas donde las más afectadas son las mujeres .

La invitación que les hago a través de esta columna es a apoyar, colaborar y participar  junto a estas lideresas contribuyendo a que , mas temprano que tarde, este país sea más justo , más equitativo y más igualitario. 

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