No más Rubiales

Luis Rubiales besando en la boca a Jenni Hermoso sin su consentimiento

La violencia de género es cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad o asimetría de poder de los hombres sobre las mujeres, que tenga o pueda tener como consecuencia un daño o menoscabo a su calidad de vida, incluida la privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal. Está puede adoptar diversas formas y manifestarse en episodios aislados o permanentes. 

El acoso sexual vivido hace unas semanas por Jenni Hermoso, la joven seleccionada española y campeona del mundo de fútbol femenino, y practicado por el presidente de la Real Federación de Fútbol Española Luis Rubiales , en la entrega de premios del Mundial de Futbol Femenino 2023, es sin duda violencia ejercida a través del contacto físico no consentido. Lo mismo la coacción e intimidación ejercida por el presidente para evitar un escándalo y que terminó con una denuncia, además de la intervención de la justicia y el gobierno español y finalmente con la renuncia del presidente.

Durante siglos, no exagero, estas formas de agresión fueron naturalizadas por las sociedades como parte de la “esencia del hombre” o su “naturaleza” y las mujeres, niñas y adolescentes sometidas a las peores manifestaciones sexuales sin consentimiento (prima Nocta o derecho a pernada e  incesto por ejemplo) y con el silencio por parte del entorno. 

El deporte es uno de los ámbitos de la sociedad donde apreciamos mayores desigualdades entre hombres y mujeres las que se fueron perpetuando a través de estereotipos, sesgos, sexualización de la imagen corporal y valores asociados al deporte, así como la masculinización de las actividades deportivas, la falta de profesionalización del deporte femenino y  la escasa visibilización del mismo que ofrecen los medios de comunicación relegando a planos secundarios o circunstanciales sus logros .

Avanzando hacia sociedades modernas más justas y equitativas, a mediados del siglo XX el acoso y sobre todo el abuso sexual en el deporte empezó  a ser castigado judicialmente   y hoy  en diferentes disciplinas como  gimnasia, basketball, natación, y como no el fútbol las mujeres han fortalecido la denuncia  después de haber encontrado a otras que lo han vivido generando con ello redes  de apoyo  que sin duda alguna ha reforzado la seguridad personal para enfrentar ante la justicia a su acosador y/o abusador y revivir esos duros momentos .

 Creo necesario identificar y reconocer con más fuerza y claridad la existencia del acoso y el abuso sexual en el deporte, y adoptar medidas a través de procesos de sensibilización y capacitación sobre perspectiva de género instalando las herramientas necesarias que pongan de manifiesto estas acciones, avanzar en cambios estructurales en las dirigencias y todas aquellas instancias que tengan directa vinculación con las deportistas.

Erradicar la violencia contra las mujeres y nunca más tengamos otros Rubiales es responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

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